Para definir el contenido del libro ‘No le tengas miedo a la cocina’, Catalina Alba acudió a la interacción con los seguidores que fueron sumándose a ‘Lo que se cocina en esta casa‘, su página web, que fue inicialmente un blog.
“No hay nada obvio en la cocina –explica–, un cocinero, por costumbre o práctica puede dar por sentado cómo se hacen las cosas. Una vez alguien me dijo que siguió mi receta, pero que el sabor de ajo la hizo incomible. Le había puesto un ajo entero y yo me refería a un diente de ajo”.
Detalles como ese fueron indicadores para el libro. “Traté de escribirlo poniéndome en los pantalones de alguien que no se crea bueno en la cocina o no sepa, manejándolo con un poco de humor”.
Otra intención fue acercar la cocina a lo cotidiano, “bajarla un poco del pedestal que la vuelve pretenciosa”. El libro tiene un tono amistoso. Plantea 30 retos (el primero es un omelette y el último un cheesecake).
Así como la portada invita a “hacer las paces” con el cocinero que hay en cada uno, cada reto acompaña a los tímidos de la sartén en las elaboraciones con frases que sacan sonrisas e indican su avance: “Cociné y no llamaron a los bomberos”, podría decir algún usuario del libro al trabajar un puré de papa, reto número 2. También podría decir: “Créanme, no lo pedí a domicilio”, después de elaborar uno o varios arroces. El reto número 20 indica “cómo preparar carne y que no quede como una chancleta”.
El blog de Alba, quien ejerció su profesión de publicista por años, nació como un pasatiempo. “Siempre me gustó cocinar. Un día me encontré con Tumblr y empecé a poner fotos de lo que cocinaba en mi casa. No tenía intención de enseñar, solo de divertirme”.
En un día del 2009, aprovechando la moda del twitcam (plataforma de video en vivo), hizo transmisión sobre cómo hacer cupcakes. “Lo vieron muchos –dice–. Con el tiempo transformé el blog en una página y luego vi que el hobbie había superado mi profesión”. Por eso decidió estudiar de nuevo, esta vez cocina y pastelería en la Mariano Moreno.
Los retos llevan el orden de la enseñanza básica en cualquier escuela: “Casi siempre empiezas por el ingrediente más versátil, que es el huevo, y vas avanzando. Llevé ese conocimiento de la escuela a un formato cotidiano y aterrizado”.
Fiel a esa enseñanza, el libro hace énfasis en técnicas más que en recetas.
“La técnica te explica como hacer una omelette perfecta –explica–, indica que necesitas una buena sartén, que los huevos sean frescos, que la temperatura al fuego sea baja, que al agregar la mezcla a la sartén se revuelva de manera delicada de uno a tres segundos y, cuando empieza a tomar un borde oscuro, se agregan los demás ingredientes a la mitad. A partir de ahí, esta técnica te sirve tanto para la omelette de espinaca y para cualquier otra, como la de queso y tocineta. Además, trae varios tips, por ejemplo, saber si un huevo está fresco o a punto de cobrar pensión”.
